Un tímido pronunciamiento suscrito por más de una docena de cámaras de comercio regionales fue distribuido en un igual tímido círculo de medios, la semana pasada. En él los gremios expresan su inconformidad y malestar por lo que consideran desaciertos del gobierno central para formalizar la reactivación económica post COVID y post crisis política.
Es muy positivo que la sociedad civil agrupada en los gremios mencionados, de forma conjunta tengan una posición firme sobre los riesgos de dramatizar la reactivación. Es muy bueno que los expresen hacia afuera y no solo en aburridos directorios. Es plausible que sean la mayoría de regiones las suscriptoras de dicho documento. Es loable las expectativas en futuro mejor para los peruanos.
Lo malo y detestable es que siendo parte de la sociedad civil hayan esperado que el vaso llegue a desbordarse. Lo detestable es que su comunicado exculpa groseramente a la representación parlamentaria de cada una de las regiones y evade su propia responsabilidad como parte de la sociedad civil. ¿No es acaso el congresista quien goza de la representación y lleva la voz de la sociedad civil? ¿No son acaso los consejeros regionales y regidores municipales elegidos para representar y fiscalizar la labor del gobernador y alcalde? ¿No deberían las Cámaras de Comercio impulsar acciones severas de fiscalización contra la inconducta del congresista, regidor, alcalde en cada región, éstos últimos por despilfarrar el presupuesto malgastándolo en la construcción de canchas de futbol cuando su población se muere de anemia y analfabetismo?
Para muestra una cámara: La Cámara de Comercio de Puno no tuvo una sola denuncia contra el gobernador y alcalde de Puno quienes con una mano agitaban la copa licor brindando por la urgente reactivación, mientras que con la otra igualmente agitaban bloqueos de carreteras y soldadura de puentes arrastrando a la población a la depresión económica y trayéndose de narices la imagen de Puno como destino turístico.
Si las cámaras no modifican sus Estatutos, fines y objetivos adaptándolos a la realidad, corren el riesgo de perder vigencia y credibilidad, recuerden que la desconfianza en las instituciones en provincias está por debajo del promedio nacional, según el Índice de Bienestar Regional patrocinado por la Cámara de Comercio de Arequipa.
