La decisión teñida de rojo del inefable AMLO en México de exigir VISA a los peruanos para visitar su país, nos agarra en el sector, como siempre desprevenidos, desnudando toda estrategia (si ésta realmente existe) en materia diplomática ó turística. La VISA que para todos los peruanos nos parece un cebiche con salsa de tomate (así lo preparan en el país de los charros), puede ser maquillada como un justo derecho del país para permitir ó prohibir a quien ose visitarlos, no está en ello la discusión, mucho menos si gran cantidad de peruanos ingresan a México, no para veranear, visitar a la virgencita de Guadalupe ni tomarse una foto en la vecindad del Chavo, sino para contratar los servicios de los coyotes, cual turismo rural vivencial los arrastran literalmente hasta la frontera gringa para atravesarla y seguir cultivando la mata de ilegalidad.
Casi todos se rasgan las vestiduras, desde el Canciller que se queja, cual vecindad del Chavo de que los vecinos colombianos no tengan tal impedimento migratorio, lo cierto es que el más afectado, como siempre, será el sector de turismo receptivo y también el emisivo. México es un importante mercado llegando a ocupar el 4to. lugar de países emisores de turistas hacia el Perú y el más comprador que los países sudamericanos, llegando a gastar y alargar su estadía más del 30% que un chileno ó brasileño. ¿Qué pasará en un corto futuro? En ambos casos, los viajeros optarán por destinos que ofrezcan mejores ventajas y menos incomodidades.
Como la improvisación es patrimonio del inventario turístico del sector turismo, éste no tiene poder político ni influencia en la toma de decisiones del Ejecutivo más aún en las circunstancias actuales cuando la ministra nobel del MINCETUR recién se está acomodando en el sillón y de turismo solo conoce por folletos. Ahora que aparentemente la suerte está echada, se hace imprescindible trazar nuevas estrategias para compensar la merma sensible que significará la ausencia del mexicano, acaso orientadas al turismo nacional. Una de éstas estrategias es la que alcanzó varios meses atrás, AHORA Arequipa con un plan similar al ejecutado por el otrora Foptur de los 80s., con cupones de viajes, acumulables para descuentos y otros beneficios. Nada de ello será importante si el turismo sigue siendo la última rueda del coche en el Ejecutivo.