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HERMANOS EN EL DERROCHE

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La última demostración de arte, sacrificio, y creación cultural entregada al mundo por los puneños, que fue el concurso de Danzas Autóctonas; reveló lamentablemente que Lima, no conoce el Perú. La vasta heredad nacional tiene distintas culturas. No es una mejor ni peor que la otra, es simplemente distinta. Por eso, y revelando una crasa ignorancia toda la prensa capitalina no solo ha confundido lugares, fechas y acontecimientos.

Columnista invitado:
Luis Miguel Pino Ponce

Por eso, confundieron Puno con Juliaca. No pueden distinguir el Carnaval Juliaqueño que tiene otras raíces, con la festividad en homenaje a la Virgen de la Candelaria. El carnaval juliaqueño, si bien es cierto también hace gala de derroche en arte, y en fastuosidad, pero se desarrolla en Juliaca, donde esta el Aeropuerto. Juliaca no esta a orillas del Lago Sagrado de los Incas: El Titicaca. El Santuario de la Virgen de la Candelaria esta en Puno. El concurso de danzas autóctonas y de luces, se desarrolla en el Estadio (de la Universidad o en el Torres Belón) Juliaca, lo hace en una explanada del Cerro Huayna Roque. Claro que los dos tienen una asistencia multitudinaria. Pero son distintos.

Que supuestamente para estos dos acontecimientos lleguen turistas, eso no es tan cierto. Si bien la Fiesta en homenaje a la Virgen de la Candelaria, debería ser un destino turístico; pero esta pésimamente promocionado. No hay una ruta preestablecida con un año de anticipación mínimo, para que pueda ser comercializado. No hay ni palcos. El turista no va a soportar estar horas parado o sentado en precarios bancos de cualquier material. Al menos un agente de viajes profesional eso no lo vendería. No hay seguridad de nada. Si eso no se puede conseguir para la “Candelaria”, peor será la promoción de los Carnavales de Juliaca. La inseguridad de Juliaca, es lo que más se resalta, antes que la fastuosidad de sus danzas. En eso nadie ha trabajado, por la sencilla razón de que no conocen otras realidades, ni saben como se comercializan estos eventos. Lamentablemente nos hemos quedado en lo poblano, en lo episódico; en lo precario. Ahora, lo peor es que Puno (y más aún Juliaca) no han podido lavarse el rostro de rojo sangriento que tanto daño nos hace, y que cualquier promoción turística la hecha al suelo: Es el ultrismo, el antisistema, el rojo anti empresarial. Si eso no lo cubrimos, lavamos o enterramos, seguiremos teniendo una fabulosa presentación folclórica -que no le cuesta un sol al estado peruano- pero tristemente desperdiciada.

Y como colofón: No se podrá promocionar el atractivo Puno – con todas sus manifestaciones culturales gigantescas- si no se establecen vías de acceso: No podemos tener una sola vía de comunicación con Arequipa y Cusco. Carretera por demás peligrosa y tediosa. No es posible que en este siglo de las comunicaciones no podamos cubrir en solo dos horas 250 kilómetros. No tenemos un servicio de tren rápido, que en toda parte del mundo viaja a 150 kms por hora como mínimo. No hay puente aéreo con Cusco y Arequipa que nos pueda unir en 40 minutos. Y los gobiernos regionales anti empresariales, no hacen nada por promover inversión privada. Con todo este panorama, Puno y Juliaca seguirán derrochando capital y vitalidad, pero sin resultados económicos.

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