“Me pintaron tan bonito visitar el Perú, recorrer la Panamericana para disfrutar cada ciudad de su borde costero (…) hoy tengo sentimientos encontrados, desearía haberme ido a Chile ú otro lugar menos peligroso que el Perú”, así solloza Anselmo, jefe de una familia de argentinos que hipnotizada por las bondades que ofrece el Perú en el extranjero, se aventuró a visitarlo, acaso su error fue hacerlo por vía terrestre, creyendo que la interconexión vial es igual que otros países en señalización, amplitud, información y seguridad, ésta última lo más importante. Su bus estuvo literalmente secuestrado 7 días a lo largo de 29 kilómetros de la fila de camiones de carga de alimentos, combustible, oxígeno, materiales, autos, buses y dentro de ellos cientos de proyectos personales truncos, familiares, laborales, de salud, y de relax, hoy simplemente esperanzas devaluadas y magulladas.

No es la primera vez que sucede éste tipo de terrorismo, como tampoco en la que encuentra al Estado desguarnecido y al sector turismo indemne, sometido, sojuzgado. Cuando preguntamos a la ministra del MINCETUR durante su última visita a Arequipa, coincidentemente con un bloqueo de carreteras por los mineros informales de pies a cabeza, sobre ¿cómo se podría hacer turismo con un grupo de turistas secuestrados en Ica, exportando una imagen vergonzosa al exterior? Ella muy suelta de huesos espetó sin sangre en la cara: “promocionen otros destinos”, más o menos como irse al cine o a la discoteca con una pierna gangrenada. La inacción, falta de respuesta rápida ante estos hechos consabidos por todos, menos por el gobierno, enerva los ánimos y solo nos hace mascullar maldiciones por la falta de empatía, sensibilidad y solidaridad ante hechos impunes. La inactitud de cientos de explotadores mineros que estacionan sus modernas camionetas del año en la carretera, cual sala de exhibición, y azuzan a sus rebaños disfrazados melindrosamente para zurrarse en el REINFO y pisotear derechos ajenos, solo obtiene respuestas tímidas de un Gobierno que reniega de su propio derecho a ejercer el Principio de Autoridad. Esto solo puede compararse como si piratas al mando de agencias de viajes ú hospedajes, pese a tener una lista de requisitos y plazos para obtener licencias de agencia de viajes o establecimientos de hospedaje según clases y categorías, se rebelaran ante el ente normativo año tras año, bloqueando calles, avenidas para conseguir su capricho. Un dirigente de un gremio de turismo se pregunta mortificado “Entonces ¿para qué promocionamos destinos, realizamos roadshows y famtrips en el exterior ó ferias al interior si un manojo de ilegales quiere hace lo que les da la gana?”.
Moraleja: La vida consiste en hacer cosas para el bien de los demás. Y el poema “Masa” del insigne César Vallejo es la mejor explicación de cómo el espíritu solidario es lo que da sentido a la vida, de modo que si no se puede hacer nada para los demás es como si hubiese perdido un poco la vida. Mientras tanto ¡ay! el turismo que siga muriendo.