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viernes, mayo 30, 2025

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LA NEGLIGENCIA AL GARETE

¿Cuál es la diferencia entre el reciente desastroso accidente del puente de Brooklyn en la tierra de Trump, el choque de un tráiler en el puente de Acho en Lima y el incendio de 3 lanchas en el puerto de Puno? Simplemente el lugar. ¿Y cuál es el común denominador? La negligencia humana. Y aunque para muchos, hasta el cambio climático, tiene la culpa, menos la tripulación, conductor y autoridades, respectivamente, la verdad de los hechos respalda nuestra afirmación.

La columna del director

Por eso es inconcebible que con tantos adelantos tecnológicos ocurran éstos sucesos en el primer mundo. “Es un buque escuela” se atreven a justificar algunos, claro, a los estudiantes todo les es permitido, ¿hasta ocasionar la muerte? El “error de cálculo grave en zona crítica”, le llaman, como si esto serviría para revivir a los 2 jóvenes mexicanos y curar las heridas de otros 22.

Mientras tanto en el tercer mundo, en Lima, un camión choca contra la superestructura de un puente en una concurrida avenida, pensando acaso su chofer, que la movilidad es de goma y podría cruzarlo sin problemas. A miles de kilómetros en Puno, tres lanchas de servicio turístico son incendiadas en la penumbra de la madrugada sin que la Capitanía del Puerto de Puno siquiera olisquee el humo. La gravedad de éste caso es que el Capitán de Corbeta a cargo de ésta dependencia castrense no se dió por enterado si no fuera por Tik Tok hasta varias horas después mostrando ignorancia ó desacato a sus propias atribuciones descritas en la Ley 1147 (DICAPI) publicadas el 11 de diciembre del 2012, como: “Autorización de arribos y despachos y control de tráfico de naves al ingreso y salida de puertos. Velar por la seguridad de la vida humana. Ejercer policía marítima en el ámbito de su jurisdicción. Reprimir actividades ilícitas en el ámbito” entre otras. A decir verdad, el puerto de Puno se ha convertido en una zona liberada en la que no solo transitan mortales de pelo rubio por turismo sino otros, especialistas en malas artes prácticamente en las narices de guardacostas que solo se dedican a extorsionar a lancheros. La negligencia humana compromete entonces el sentido común y los procedimientos descritos en manuales y lectura de instrumentos. Referirse a “Prevención” y “Lucha contra la informalidad” es como hablar en ruso a nuestras autoridades portuarias, de la Policía Nacional del Perú y del Serenazgo, ausentes como siempre en su labor disuasiva. Ahora creen que con el nuevo puerto a levantarse en unos años todo será resuelto como por arte de magia, mientras tanto hay que esconder la cabeza como el avestruz.

Asimismo, por reiterada vez menciono la obligatoriedad de los gremios para liderar cualquier acción del sector en conjunto, sin embargo, sea por falta de sentido común ó miedo a ser excluidos de agasajos y desfiles dominicales de entorchados, prefieren callarse en todos los idiomas.

Lo grave del asunto es que éstas anomalías están formando un peligroso precedente institucional contra la operatividad del corredor turístico de la macrorregión sur: Nasca-Colca- MachuPicchu- Titicaca, que anteriormente ya había excluido parcialmente a Puno de su cadena. Ya lo decía Séneca: «Errar es humano, perseverar en el error es diabólico».

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