Considerada sagrada por los incas y cultivada desde tiempos ancestrales en el altiplano peruano, la cañihua es una semilla que hoy capta la atención de la ciencia por su notable poder para retardar el envejecimiento físico y mental.
Este grano oscuro es una fuente excepcional de proteínas de alta calidad y aminoácidos esenciales, fundamentales para la regeneración celular y el mantenimiento de la masa muscular, especialmente en adultos mayores. Su riqueza en flavonoides como la quercetina y el ácido ferúlico le otorgan una fuerte acción antioxidante, protegiendo al organismo del estrés oxidativo, uno de los principales aceleradores del envejecimiento.

En el plano neurológico, la cañihua destaca por su contenido de omega 6, zinc y magnesio, nutrientes clave para la salud cerebral. Estos componentes ayudan a proteger las neuronas, mejorar la memoria, regular el estado de ánimo y promover un sueño reparador. A diferencia de otros granos andinos, la cañihua no contiene saponinas, lo que la hace más fácil de digerir y convierte su energía en una fuente limpia y sostenible para el cuerpo.
Diversos estudios sugieren que su consumo regular podría incluso ayudar en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Incluir cañihua en la dieta es apostar por una longevidad activa y consciente. Elegir alimentos funcionales fortalece el sistema inmunológico, cuida el cerebro y mejora la calidad de vida desde adentro hacia afuera.
