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jueves, febrero 20, 2025

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Crónicas.- VARSOVIA: LA LARGA CAMINATA EN LA TIERRA DE LECH WALESA

Bueno, después de tanto correteo y la de la “caída en Berlín” que me dolió en el alma (me imagino como le habrá dolido a Hitler que hasta se suicidó) el hecho es que viajamos en tren rumbo a Varsovia. Llegamos en tres horas. El hecho es que sonji me dijo que existía dos estaciones centrales (Hbh) y que de acuerdo a lo que ella creía nos debíamos bajar en la primera, es decir la Warszawa Centralna, y la Warszawa Zachodnia; porque supuestamente – otra vez- el Hotel quedaba “a 400 metros, cruzando un parque”. Caray, resulta que, al llegar, no había el famoso “parque”, sino una plaza típica de los grandes terminales. Y el famoso “waze” nos señalaba doblar a la derecha, seguir de frente…” bueno, como ella era el tour leader a caminar nomás. Cuando ya nos habíamos alejado como 400 metros, volví a insistir en que “estas seguras que es por aquí?” recuerda que en Europa no hay “aquicito nomás”. Y esta vez, el famoso waze nos señalaba que debíamos de cruzar la gigantesca avenida, y seguir a la izquierda. Es más, hasta preguntó a unos jóvenes polacos, que buscando también su waze, nos decían que podíamos seguir de frente. Al menos eso entendí. Bueno, ya me estaba enojando ¡sonji que tal? Que hacemos. Y ya nos perdimos. Ya vi su rostro de contrariedad, y le dije -osita, regresemos ahí, y tomamos un taxi, la verdad que no me importa el precio, porque creo que caminando ya estamos llegando a Puno- Por fin se dio por vencida y me aceptó.

Luis Miguel Pino Ponce. Abogado

Así que se me ocurrió preguntar al aplicativo por la “Warsawa Centralna” y nos dirigió a la gran avenida de la cual salimos, y como dice el vals, todos vuelven. Vi la estación de tren y los alegres taxis, que creo hasta se reían. Al primero le dije si conocía el Hotel “Ibis Budget Warszawa Reduta” Off course, me contesto. Is near from here? 5 km more or less. Pucha, la cosa es que nos llevó y era un complejo turístico privado, y el taxista sabía como entrar. En un edificio estaba la recepción y en el otro las habitaciones. Bueno, ¡¡¡cuando entramos – esta vez por favorrrrr que sea este y no otro!!!- nos dijeron que sí, que todo estaba bien. Caray casi lloro. Siguiendo la convicción peatonal de Frau sonja, no llegamos ni al día siguiente. Ya no quisimos salir por obvias razones. No sentí nada de hambre, por todo el roche y la larga caminata (ya me imagino como habrán caminado en la II Guerra por estos lares) por eso que al día siguiente nos desquitamos en el desayuno que como siempre era buffet.

Luego fuimos a la Recepción para ubicarnos por fin. Y allí nos enteramos que en efecto el Hotel quedaba a 400 metros “pasando un parque” Pero de la “Warszawa Zachodnia” Maldita sea! Pero ya era imposible discutir con ella. Y nos informaron de toda la parte central, como podíamos llegar allá. Y lógico que teníamos que atravesar el parquecito y metritos más estaba la estación de tren, que con este si llegábamos al Centro. Por eso se llamaba “Warszawa Centralna” y que estaba muy cerca a los edificios más significativos, como por ejemplo el del Congreso. Vaya, vaya, por fin la hicimos; así que raudamente nos dirigimos a esa impronunciable estación y cinco minutos después estábamos en la central. Al salir vimos con toda claridad la parte central de Varsovia, y sus modernos edificios, en armonía con los clásicos como el del Congreso. En la primera planta vimos una “i” de información turística, y al toque preguntamos por si en Warszawa (Varsovia, ya no frieguen) tenían el servicio de “Hip on Off”. Nos respondieron que sí, pero que por estas fechas estaban suspendidos por el crudo invierno y que en marzo se reestablecían. ¡Caray que contrariedad! Pero nos dieron unos mapas, que felizmente todo aparentemente estaba cerca, informándonos además que el lugar donde estábamos era una especie de “destino final “de muchas líneas de buses. Ya recupero su aplomo sonji, que se ubica al toque. Cuando caminábamos rumbo a los paraderos, de pronto veo un hombre vestido con unas casacas portando una bandera con el tenor “Solidarność’, Me emocioné tremendamente, porque mi generación sabe que el líder de ese sindicato era Lech Walesa, quien propició la primera huelga de los “proletariados” en contra del comunista “defensor del proletariado” Jaruzelsky. Y fue el principio del fin del comunismo. Mihail Gorbachov no quiso apoyar, con el cuento del “internacionalismo socialista” es célebre la respuesta que dio “camarada ahí están los tanques y los soldados, pero el tema del combustible y de los viáticos es suyo” Caray el polaco, que estaba a dieta no sabía que hacer. Entonces como teníamos un papa polaco Juan Pablo II, ex – Obispo de Cracovia, hubo presión total: Ganó Walesa, y empezó el fin del asco del comunismo. A los años, Lech Walesa fue Premio Nobel de la Paz y presidente de Polonia. Bueno; pero el hecho es que emocionado me dirigí hacia los sindicalistas – o compañeros- y no se en que idioma les hablaría que de buena gana me permitieron tomarme una foto con ellos. ¡Esa fue mi condecoración cívica!

El resto del día paseamos por la histórica Varsovia, con todos sus edificios y monumentos, y en buses de servicio público, claro que sonji, se ubicaba rápidamente y ya conocía las conexiones. Yo decía a ultimo, si nos perdemos tomamos un taxi. Jajaja. Bueno al día siguiente nos esperaba otra aventura: El viaje a la tierra de Juan Pablo II: Cracovia, donde además está la fábrica de Oskar Schindler. Vean la película “La lista de Schindler” ahí se entiende mejor.

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