Quienes conocemos algo de derecho económico, siempre nos pronunciamos en contra del ESTADO EMPRESARIO, porque al cambio es un “empresaurio”. Es la negación de la libertad de invertir, del riesgo que significa hacer empresa en el Perú, y lo más grave: Quieren competir con todo a su favor. No pagan impuestos, tienen el capital del presupuesto nacional, no les interesa los costos, y menos las utilidades. Lógico: Al ser empleados públicos ¡Que sabrán de mercado, costos, competencia, impuestos! Por eso, yo (no digo nosotros, porque es una manida forma de protegerse con la “comunidad”) fui el que, ante INDECOPI, denuncié las prácticas anticompetitivas de la UNAP, que desde el GRIFO UNAP, LA POLLERIA UNAP, LA PANADERIA UNAP, LA AGENCIA DE VIAJES UNAP, eran una absoluta COMPETENCIA DESLEAL con el sector privado. Lo único que se consiguió, fue que la pollería cerrara, pero el resto no. Lógico la mafia caviar-progre-originaria, que infecta a todas las instituciones nacionales permite que el Estado sea empresario, pero sin competir en las mismas condiciones que el resto. Así cualquiera.
El empresario tiene que vérselas con conseguir CAPITAL, luego entrar al mercado para poder introducir su producto, conseguir compradores, fidelizarlos; crear nichos, manejo estratégico de utilidades, tax-planning (para los analfabetos en contabilidad significa planeamiento tributario) reinversión. El estado (llámese UNAP) no tiene idea de esto, porque bastará que haya un requerimiento de personal (todavía CAS) sendas habilitaciones presupuestarias, consultores (al cambio inútiles) y ridículas rendiciones de cuentas (o de cuentos) no les importará en lo más mínimo la rentabilidad. Por eso es nefasta la presencia del estado en la economía. La pervierte. Lo peor, es que con esas ridículas “inversiones” ni siquiera contribuyen al mercado con innovación y tecnología ¡siquiera hay pan de papa, o de camote o de cañihua? No, solo pan francés ¡qué tal? ¿Hay dotación de gas? Menos. Es decir, la consigna es gastar en lo que sea.
Y hoy finalmente como gran panacea, se ha inaugurado una embarcación a energía solar. Perfecto, pero no sé si la han patentado ante el INDECOPI. Y si ya han pensado en proveer esta tecnología al sector privado, para que pueda realizar producción en masa, y cambiar matriz energética. Si se va a pensar en “los hermanos originarios” del Rector, no va a servir de nada esta innovación. Como se pueden dar cuenta, si no le sirve al mercado semejante herramienta, será como si no existiera. Cuánto daño hace la ideología caviar en la UNAP, son enemigos declarados del modelo económico de mercado, por eso siempre estarán a la zaga del desarrollo económico, y seguirán prefiriendo marchar con sus puñitos en alto para tomar el – y en el- puente de Ilave, en lugar de abrirse al Puerto de Chancay.
Finalmente imagínense todo lo que pasó con Velazco Alvarado, era un Evo Morales (santo de la devoción del Rector) con galones, que hizo añicos la economía nacional, por eso se tuvo luego que privatizar todo, por los déficits. Hoy Bolivia, que tiene un modelo económico “progre-originario-social-confuso” está sufriendo todos los embates del dispendio, de la farra fiscal. Tal vez haría bien el Rector de la UNAP en preguntarse por qué Bolivia es un fracaso económico. Pero sus ayayeros no lo saben tampoco, y menos quieren entenderlo. Felizmente ellos viven en una isla. Bienhecho.