La comunidad turística de Arequipa tiene una responsabilidad vital de garantizar la sostenibilidad de nuestra ciudad como destino turístico. Como empresas y personas que vivimos de la economía generada por el turismo, debemos comprometernos no solo a preservar nuestra herencia arquitectónica, promover nuestra cultura gastronómica y mejorar la experiencia del turista, sino también a enfrentar un problema crítico: la contaminación.
Arequipa compite con ciudades como Quito, Bogotá, Potosí, Cartagena y Lima, que destacan por su herencia colonial y complementan la experiencia turística con recursos adicionales como playas, montañas y una gastronomía vibrante. Sin embargo, en un mundo donde la calidad de los destinos se mide también por su nivel de contaminación, el estado actual de Arequipa pone en riesgo su atractivo.
En la era post pandemia, la salud se ha convertido en una prioridad esencial. Los turistas evitarán destinos que comprometan su bienestar, independientemente de cuán impresionantes sean sus atracciones.
La calidad del aire en Arequipa ha alcanzado niveles similares, e incluso peores, que los de ciudades como Lima o Santiago, debido a la inacción de las autoridades responsables. El tránsito vehicular desordenado, el transporte público ineficiente, las actividades industriales y la minería son las principales fuentes de esta problemática.
Para proteger nuestro principal recurso económico, la comunidad turística debe exigir un cambio. Es imperativo reclamar a la Municipalidad Provincial de Arequipa que implemente medidas concretas para reducir la contaminación generada por el tránsito vehicular bajo su gestión. Y condenar las últimas decisiones de cambios en la circulación que han incrementado la polución, aparentemente tomadas para beneficiar a grupos específicos de comerciantes y transportistas, sin considerar las consecuencias para la salud de los vecinos ni el impacto en la experiencia de quienes nos visitan.
De igual manera, la Dirección Regional de Salud (DIRESA) tiene la obligación de cumplir con su responsabilidad de monitorear la calidad del aire. A noviembre, no existen reportes actualizados en su página oficial de ningún equipo de la Red de Monitoreo. Sin datos transparentes, no es posible evaluar la situación ni exigir soluciones efectivas. ¿Están las autoridades priorizando realmente la salud de la población?
El problema de la contaminación es un problema turístico, y como tal, debemos reclamar a quienes son voceros de las autoridades en este campo. Exigir a la Sub Gerencia de Turismo de la Municipalidad Provincial y a la Gerencia Regional de Turismo que prioricen este problema en sus gestiones con el alcalde y el gobernador. No podemos permitir que eludan su responsabilidad.
Los turistas no vendrán porque somos un “destino inteligente”; vendrán porque somos un destino sano, que no pone en riesgo su salud o integridad física. Si permitimos que la contaminación aumente, veremos una reducción en el número de turistas y, por ende, en los ingresos económicos generados por esta actividad.
El futuro del turismo en Arequipa depende de cómo enfrentemos y resolvamos esta crisis de contaminación. La pregunta es: ¿Estamos dispuestos a actuar antes de que sea demasiado tarde?