Tal vez mareado por la ola de secuestros, cacos y extorsiones en todo el país, el actual Alcalde de Caylloma Alfonso Mamani Quispe espetó públicamente el calificativo de “EXTORSIONADORES” a los guías de turismo que hacen servicio frecuente en el Cañón del Colca.
Al irse de boca, ignora Mamani que su palabra no es de cualquier ciudadano de a pié, sinó que lo hace en representación corporativa de una entidad enclavada en uno de los principales destinos turísticos de Arequipa y más aún ostentando el cargo de Presidente de AUTOCOLCA, organismo “encargado de promover, organizar y gestionar el crecimiento y la consolidación del turismo en la zona” tal como reza su Misión.
Semejante dislate mereció una rápida reacción de los aludidos que cual lloclla arequipeña arrasó con las frases desafortunadas y de paso ilustró en términos jurídicos el significado de la palabra “extorsión”, pareciera que a pesar del último comunicado suscrito por 7 gremios de guías, la conmoción en el edil aún sigue causando estragos, porque ni él, asesores ni la gerente de AUTOCOLCA se atreven a dar la cara.
Si bien es cierto, el guidismo en los principales destinos de Cusco, Arequipa ó Puno, no es un jardín de rosas y donde algunos “TC” (Tour Conductors) hacen y deshacen como quieren la preferencia de los turistas pervirtiendo con la “comisionitis” el verdadero sentido de la libre elección de los usuarios sin el menor llamado de atención, no era necesario irse de boca como lo hizo Mamani. Para ello precisamente AUTOCOLCA tiene logística, abultado presupuesto, personal por doquier que podrían detectar fácilmente la comisión de cualquier mala práctica no solo de guías formales sinó de los piratas, individualizar el delito y hacer la denuncia respectiva.
La pretensión del guidismo arequipeño va más allá de una pronta y públicas disculpas del edil, y es que exigen la reestructuración de AUTOCOLCA porque ¿cómo se podría exigir una verdadera fiscalización y aplicación efectiva de recursos con conocimiento pleno de la actividad si en su directorio de 9 sillones, apenas 1 representa al sector privado y para muchos consultados, sin consenso ni previa parecer, y de los otros restantes 6 son alcaldes distritales que solo acuden a las sesiones de directorio para recoger sus “cuotas” de poder?
La ley impide la renuncia de un cargo por elección popular, pero al menos varios de los funcionarios bajo las alas protectoras del cóndor personificado hoy por Mamani, deberían poner su cargo a disposición, no solo por solidaridad sinó por decencia propia.
(continuará).